Por: Luís Jiménez Burgos
Mi hermano Víctor, saludos. Como siempre, tus sensibles e instructivos análisis llenos de luz, cuya mirada también suscribo casi en su totalidad.
Ante todo, debo decirte que esta opinión que te expreso, es el análisis basado en datos cruzados, de informaciones que leo y muchas veces tengo la limitación de no poder confirmar su origen, sino solo cotejar con otros escritos y fuentes intelectuales que examino, por cierto también limitadas.
Dicho lo anterior, en mi visión, creo que la situación venezolana requiere un análisis muy extenso y complejo, que sugiere e invita a una reunión de Zoom con nuestros hermanos y compañeros, para airear esa situación, que tiene un año preparándose y cuyo proceso electoral del 28 de julio pasado, es solo el inicio del colofón de una transición, que ofrece una oportunidad inédita en la patria de Bolívar de un horizonte de estabilidad socioeconómica y política.
Por ahora, solo te adelanto unas pinceladas sobre mi parecer, que elijo hacerlo desde el enfoque geopolítico, porque entiendo que en estos momentos de advenimiento de un Nuevo Orden Mundial Multipolar, los intereses en pugnas son globales, por lo tanto, todo lo que ocurre a lo interno de las naciones está supeditado de los bloques.
Parafraseando a nuestro maestro Juan Bosch en su obra «El Caribe Frontera Imperial», pienso que hoy él titularía una segunda parte de ella, como «Venezuela, Frontera Imperial en el Nuevo Orden Mundial»; te confieso que me seduce escribir un artículo con ese título.
En síntesis apretada, en este proceso se expresaron entre las muchas contradicciones: 1ro.) Las luchas de las potencias por su participación ventajosa en el espacio geoestratégico y energético que representa esta nación, en el posicionamiento multipolar. Recordemos que Venezuela es un inminente miembro de los BRICS+, y que esta nación tiene la mayor reserva probada de petróleo pesado del mundo, la primera de oro, y casi todos los minerales de tabla periodica; 2do.) Venezuela es el eslabón que enlaza a toda Suramérica para comunicar la geografía (efecto dominó) de los países que conforman el Triángulo del Litio, que lo componen: Chile, Argentina y Bolivia, este último es el que posee la mayor reserva del mundo de este mineral, esencial para las nuevas tecnologías y la transición energética, y el único de estos países cuyo gobierno Washington y Occidente no controlan, ésto explica el interés en este conflicto de Elon Musk y el protagonismo excesivo de los presidentes de Chile y de Argentina, Boris y Milei, con iniciativas intervencionistas excesivas, a la cabeza del Grupo de Lima.
Todo esto ocurre en momento en que el imperio del Norte tiene una de sus peores crisis. Como previó Juan Bosch, en su obra titulada «El «Pentágonismo, sustituto del imperialismo», el Complejo Militar Empresarial pentagonizó la sociedad civil y política de Estados Unidos y de todo Occidente, transicionando ésta de la face imperial a la Pentagonal, y ahora evolucionando al Capitalismo Corporativo.
Esta última etapa, es decir, la del Capitalismo Corporativo, que asumió su esplendor con el fenómeno de la globalización, en la cual las corporaciones empezaron a actuar con poder autónomo internacional, a influir y decidir en las políticas de Estado.
Esta última face, el Corporativismo, ha coincidido con los cambios mundiales y la peor crisis de poder de Norteamérica, que se expresa en su pobreza dirigencial y un stablishmenght totalmente dividido.
Hoy, quienes más deciden en Occidente son esas corporaciones, y solo actúan en base a sus intereses mercuriales de grupos sectoriales, los cuales están por encima y supeditan el interés general de la nación y de los pueblos.
Todas las consecuencias de la crisis imperial se está expresando en Venezuela: El sector que controla el petróleo en Texas negoció con los Chavistas, desde hace un tiempo, la compra de petróleo, acuerdo de levantamientos de sanciones y concesiones de normalización paulatina de relaciones democráticas liberales, pero al sector comparativo tecnológico de transición energética (Litio), léase Elon Musk y otras, no le satisfacen esas negociaciones, porque están convencido de que solo la inestabilidad de toda la región le asegura la colonización del Triángulo del Litio.
En mi humilde entender, y aunque parezca insólito, vislumbro que en este conflicto ganarán los Texanos, los Chavistas y los BRICS+.-
El autor es abogado, internacionalista y comunicador.
